Historia de la feria de Léon

En el año 1753, se hizo un pago de 70 pesos y cuatro reales anuales. Esto fue en honor a la fiesta de San Sebastián. Fecha del 20 de enero, que a su vez, habría sido la fecha en que se fundó la Villa de León, que posteriormente cambió su nombre por el de ciudad de León de los Aldama.

En 1876, el impresor propuso la idea de celebrar el aniversario de la fundación de la ciudad organizando eventos de diversión y entretenimiento, iniciando así la Feria de León. Sin embargo, no sería una tarea fácil para la época, ya que habría que contar con el terreno, los eventos y, sobre todo, los gastos para lograr este objetivo.

Las fechas de este festival habrían sido del 23 al 30 de diciembre. Las celebraciones tuvieron tanto éxito en 1877 que se acordó repetirlas entre el 20 y el 24 de abril.

Las celebraciones cesarían en 1885 tras quedar en suspenso desde 1880. En esta ocasión, habría juegos, corridas de toros, carrozas y carreras de caballos entre los festejos. Hasta 15,000 visitantes asistirían a la feria para entonces, llevándola a nuevas cotas de belleza.

Lugares famosos como el Parque Hidalgo y la Plaza Fundadores acogieron también la feria. Algunas exhibiciones tuvieron lugar en 1900 en el conocido mercado Hidalgo, también llamado "El Parián". durante los desfiles de carruajes y las carreras de caballos.

Las guerras, las secuelas de la revolución y las desavenencias entre carrancistas y villistas hicieron que los festejos volvieran a suspenderse entre 1914 y 1916.

En los años siguientes se introdujeron algunas modificaciones, pero aún no se había determinado si la ciudad podía o no disponer de una propiedad propia para servir de recinto ferial.

En 1946 volvería a suspenderse como consecuencia de los terribles sucesos que rodearon la masacre del 2 de enero. En conmemoración de los mártires del 2 de enero se erigiría un monumento provisional en el marco de los festejos que se iniciaron en 1947.

Los festejos se reanudarían con más vigor, y Carlos Obregón encabezó la comisión en 1948. Los festejos se iniciaron con nuevos logos y repertorios, incluyendo ganadería y agricultura, muestras comerciales e industriales, desfiles de carrozas y concursos de tiro, entre otros.

Nuevas iniciativas, como bailes, audiciones musicales, festivales artísticos, fiestas militares y carreras vecinales, se incorporarían en la década de 1950. Y por fin, la feria contaría con instalaciones propias, gracias al establecimiento del inmueble durante la administración de Juan José Torres Landa. De este modo, pasó a ser considerada como la gran feria del estado.

La feria de León no sólo proporcionaría entretenimiento en los años siguientes, sino que también crecería hasta convertirse en un importante centro para los sectores agrícola, pastoril, industrial, cultural y artesanal, y lo que es más importante, atraería turistas.

La feria fue designada patrimonio cultural inmaterial en 2018. Es el centro de cientos de eventos, cuenta con un polifórum y una gran parte del parque Explora, entre otros muchos servicios. Atrae a miles de visitantes y residentes de la ciudad cada año, convirtiéndose en una feria de gran prestigio internacional que crea un ambiente alegre y festivo conocido por el público por su nuevo eslogan, "La feria de las sonrisas."